Hace 11 años | Por --356346-- a presseurop.eu
Publicado hace 11 años por --356346-- a presseurop.eu

El uso de carne de caballo en lugar de la de ternera es la señal evidente de que se ha llegado a un límite en los esfuerzos por abaratar los precios. Y los daños que puede sufrir la reputación de las cadenas de supermercados que no actúen al respecto podrían resultar muy costosos.

Comentarios

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Es más peligroso no comer.

D

#2 #3 Si no se puede comprar en el super, tampoco se puede ir de restaurante por las pelas y porque te pueden envenenar, como a las monjas, habrá que hacerse vegetarianillo, en contra de la voluntad de uno/a...

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#6 Desde hace algún tiempo en USA se viene denunciando que la gente con menos recursos económicos tienen pero salud y mayores tasas de obesidad por verse abocados a comer lo que se pueden permitir, comida basura de restaurantes rápidos, que es muy barata pero que tiene serios problemas para la salud.

El problema del vegetarianismo es que tampoco es una opción barata si quieres comer sano y con variedad, pues tampoco te puedes limitar a comer patatas todos los días.

D

#7 Hablé de ser vegetariano, a modo de broma y de situación desesperada. Por supuesto que es caro, y también es una opción que requiere ser elegida voluntariamente.

ChukNorris

#0 El artículo no es acertado, básicamente propone sustituir la labor de sanidad controlando la calidad de los productos para que la hagan las empresas vendedoras, pero eso solo lo pueden hacer mega empresas como McDonald, Mercadona ... Por lo tanto en el fondo está desacreditando la labor del ministerio de sanidad para dejarla en manos de las grandes empresas, cosa que perjudicaría enormemente a las pequeñas empresas productoras y vendedoras de productos cárnicos.

D

#1 Es que los ministerios han quedao desacreditados... mirate lo q esta pasando con la carne de caballo.

ChukNorris

#3 En tal caso sería el ministerio de sanidad de Rumanía, no el Español.

D

#1 Pues sí, es cierto lo que dices, pero no te creas que Sanidad permite garantías, ni una fe ciega...