Cuando viene Nixon y se encuentra con un Franco ya decrépito que se duerme en la entrevista, se queda preocupado, porque para ellos España es un portaaviones en una zona estratégica de primer orden y no quieren que se les escape de las manos. Envía a su hombre de confianza, Vernon Walters, muy vinculado a los militares españoles a los que tiene en nómina. Cuando Franco se da cuenta de que a lo que viene es a amarrar el asunto, le dice “a usted le ha enviado su presidente para ver qué va a pasar cuando esta capitanía falte”…
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Foto de la reunión entre Franco y el representante de "la mayor democracia de Occidente":