El sueño de Santos Dumont era poner a cada disposición de cada persona un avión, al modo de lo que Henry Ford realizó con el automóvil. A tal fin diseñó y fabricó un modelo seguro, práctico y fiable (la famosa "Libélula") con el que recorrió toda Francia. Sus colaboradores le instaron a patentarlo y fabricarlo en masa, algo a lo que Santos Dumont se negó en redondo. De hecho cedió su diseño al dominio público y así otros diseñadores lo perfeccionaron y fabricaron, vendiendo cientos de aparatos.
Comentarios
Este tipo de noticias siempre me recuerdan al pobre Joseph Henry, un desgraciado que inventó el teléfono y el telégrafo, pero no los patentó, pensando que sus descubrimientos debían ser patrimonio de la Humanidad. Por supuesto, unos tales Graham Bell y Morse sí los patentaron, haciéndose millonarios y "respetables" científicos. Menos mal que siempre habrá alguien que se acuerde de los Joseph Henry de este mundo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Henry
Pobre hombre... tiene cara humilde
Ah, y no olvidemos a Enrique Gaspar, escritor del "Anacronópete". O sea, la primera novela de ciencia ficción de la historia, que versa acerca de los viajes con una máquina del tiempo. O sea, el libro con el que se forró H. G. Wells, que se llevó la fama y la pasta.
La idea del "avión para todos" se plasmó con el J-3 (Piper Cub). En el momento en el que salió era un avión tremendamente barato y fue uno de los principales causantes del auge de la aviación general en los EEUU
… libre, de dominio público... y hoy en día sólo lo usan cuatro rayaos, porque no es práctico.
¿A qué me recuerda? Oh wait!