La ciencia está llena de estos peculiares cumplidos a las estrellas del pop, del cine o, incluso, de la política. Así, la cantante Beyoncé presta su nombre a un tábano nalgudo (la Scaptia Beyonceae) que fue visto por primera vez en 1981 (fecha de nacimiento de la artista) y que posee un prominente trasero dorado.