Queridos amigos de derechas de clase media/baja: Sois gilipollas

Y no por ser un poco fachas, que también, si no por serlo viniendo de familias humildes y viviendo en barrios obreros. Porque se puede ser de derechas cuando eres político, ya tienes un estatus social alto, una empresa grande, o una cuenta en el banco con 6 cifras. De hecho, raro es el caso de alguien que llegue a esa posición sin ser ligeramente de derechas, saltándose algún convencionalismo ético, exprimiendo a sus trabajadores, o defraudando un poco. No los juzgo, yo también acabaría sucumbiendo si se me presentase una oportunidad tan clara de cambiar mi vida. Pero tú, que a duras penas llegas a fin de mes (Si no llevas ya varios en el paro o encadenando trabajos basura), tú no eres de derechas, tú eres gilipollas. ¿Qué digo gilipollas a secas? Eres el colmo de la gilipollez. El bufón de gilipollilandia. El tío al que un gilipollas estándar le diría: Dios, qué gilipollas eres.

Eres el tonto útil de la derecha en España. Como el niño del que los abusones del colegio 4 cursos por encima se ríen cuando le mandan a hacer tonterías y encima se cree que son amigos suyos. Ese eres tú. El que mientras que la verdadera derecha está viviendo de puta madre y no conocen la realidad social más que de oídas, no tiene una estabilidad financiera para tener una familia en condiciones. El que tiene que hacer equilibrios para pagar la cuota del coche y el alquiler. El que pese a vivir en una sociedad más desarrollada, va a tener peor calidad de vida que sus padres. Y el que aunque aun no sea consciente, cuando dentro de 30 años llegue a la edad de jubilación, no tendrá jubilacion porque se hayan gastado el fondo de pensiones. Y todo gracias a sus “amigos” de clase alta de la derecha.

Porque para tener éxito en la derecha, además de no tener muchos escrúpulos, hay que ser inteligente. Y tú no lo eres, tú eres completamente imbécil. Admito que en la izquierda también hay imbeciles a patadas, pero es que lo tuyo es de juzgado de guardia. No te das cuenta de que los que están por encima tuyo sólo necesitan dos hilos para que seas la marioneta que haga lo que ellos quieran: El miedo y el odio. Ten miedo. Ten miedo del diferente. Ten miedo a que vengan de fuera y te quiten lo que tú crees que te has ganado. Ten miedo al cambio. Ten miedo a que la izquierda nos convierta en Venezuela. Y odia. Odia a los que piensen distinto. Odia a catalanes y vascos. Odia a los inmigrantes. Odia a los que son más pobres que tú. Sólo tienes que seguir esas dos directrices, pero de forma inconsciente, porque si te dieses cuenta de que sólo las usan para controlarte, dejarías de ser gilipollas. Y no les interesa que dejes de ser gilipollas.

Voy a ponerte un ejemplo que debería sonarte, porque está sacado de una de tus aficiones favoritas: El toreo. Imagínate que el de derechas de clase alta es el torero, y el de clase media/baja el toro. Uno se aprovecha de su superioridad intelectual frente al ser inferior, que sólo reacciona frente a estímulos básicos. ¿Y sabes cuál es el capote? Una bandera de España. Si de verdad eres de derechas, te habrán inculcado que debes amar a España sobre todas las cosas, pero no de una forma sana y lógica, dado que es el maravilloso país donde vives y tiene miles de cosas buenas de las que sentirse orgulloso y querer compartirlas tanto con tus compatriotas como con el resto del mundo, si no de una forma enfermiza, en la que para demostrar que eres un español de bien debes de llevar pulseritas rojigualdas, el himno como tono de llamada en el movil, ofenderte si lo pitan en la final de la copa del rey, y una bandera colgando en el balcón. Y cuanto más grande sea, más español serás. No como los que pelean por salarios dignos y subir el SMI, que quieren romper España. O los que se encadenan para evitar desaucios por fondos buitres, que son unos perroflautas que dividen a la nación. O los que hacen malabarismos para que los presupuestos sean lo más sociales posibles, que sólo quieren llevar al país a la ruina. Sin embargo, en tu visión distorsionada que sólo reacciona ante los colores rojo y amarillo del capote, los que defraudan millones de euros de dinero público son los más patriotas. Los que benefician a las grandes empresas que más tarde les acabarán contratando como pago de sus favores, son españolistas. Los que explotan a sus trabajadores y se llevan los beneficios a paraísos fiscales, son el motor del país. Los que están del lado de los bancos y no de los clientes, lo hacen por el bien de la nación. Y tú eres el tonto útil que les baila el agua. El que reacciona cuando sacuden el capote.

Por todo esto, amigo de derechas de clase media/baja, eres gilipollas. Y no lo digo con intención de cambiarte, ya que sería tan inútil como discutir con un terraplanista, un homeópata o un antivacunas, si no para que al menos seas consciente de que lo eres. Y en el mejor de los casos, si por ejemplo un día ves a un humorista sonarse con la bandera de tu amado país, pienses en las nulas consecuencias de ese acto y no le des tanta importancia, pero sin embargo, si ves como el poder judicial cambia de criterio cuando recibe la llamada de los bancos -Los de derechas inteligentes y de éxito, no como tú- te des cuenta que lo que están haciendo es limpiarse el culo con tu amada bandera. Y eso si tiene consecuencias para ti. Porque si no te das cuenta, o te da igual y prefieres reaccionar al capote, serás un gilipollas.