Si, por ejemplo, usas Google como buscador predeterminado, quizás te hayas dado cuenta de que los anuncios de Internet parecen leerte la mente. Los buscadores -y en especial los que se asocian a tu cuenta- son capaces de identificarnos individualmente y generar un perfil de usuario, y esa información es utilizada por ellos para “mejorar los resultados de búsqueda” y también por otros servicios para enviar publicidad personalizada.