Érase una vez un gusanito que vivía en un agujero en la rama más alta de un gran árbol. Este gusanito tenía un miedo terrible a caerse desde tan alto, por lo que sólo salía del agujero para comer alguna hoja y volver rápidamente a su escondite.
Un buen día, cuando estaba comiendo, una ráfaga de viento lo tiró de la rama. El pobre gusanito caía y caía sin parar mientras veía aterrado cómo el suelo se iba acercando cada vez más rápido, cuando de repente, un pájaro le atrapó en pleno vuelo con su poderoso pico, provocándole graves daños en varios órganos internos. Volando y volando lo llevó hasta su nido donde lo soltó a las crías que allí esperaban. Estas empezaron sin compasión a alimentarse del gusanito, con sus pequeños pero afilados picos, arrancándole dolorosamente trozos de carne y tejidos.
La agonía se prolongó durante varias horas, hasta que finalmente, el gusanito levantó la cabeza, ya sin ojos, y con lo poco que le quedaba de lengua dijo:
-"Gracias pajarito, por agarrarme mientras caía, me has salvado de una muerte horrible."
Y dicho esto, el pobre gusanito murió feliz y contento.
Comentarios
La historia es muy curiosa, pero creo que debería tener una moraleja más clara. Esto es como cuando una empresa amenaza con que "tiene" que despedir a diez trabajadores y al final "sólo" despide cinco.
Claro que su objetivo siempre fue despedir cinco.
El optimismo y ver siempre lo mejor de las situaciones, son características que describen a los seres más fuertes. El agradecimiento en los momentos más duros, es lo que más le falta a la humanidad. Una historia cruda y que te lleva a reflexionar. Good one!