Todos estamos de acuerdo en que lo peor que le puede pasar a un músico es que su trabajo pase completamente desapercibido, pero hay otra alternativa casi igual de trágica: saborear las mieles del éxito por un breve instante para luego caer en el más oscuro de los olvidos, arrastrando el estigma de artista de un solo éxito o one hit wonder, como lo llaman en inglés. Este es el triste destino que aguardaba a Las Ketchup, que lograron en el verano de 2002 llevar el gracejo andaluz a todos los rincones del planeta con su Aserejé.
Comentarios
Estrujadas en algún miserable burguer de carretera.
Y lo más importante ¿A quién coño le importa?
Anda que los las ponía yo la mayonesa.
#1 Fijo que eres del lobby de la mostaza.
#0 AEDE
#3 Entonces la retiro.