Hace 9 años | Por Elmid a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por Elmid a yorokobu.es

e acercaba el final de su etapa universitaria y Brennan Gleason solo tenía cabeza para su proyecto fin de carrera. No era para menos. Debía demostrar que todo el tiempo y esfuerzo invertido habían servido para algo. Y no solo de cara al profesorado. El proyecto consistía en una campaña de autopromoción por lo que, de salir bien, aquel trabajo podía ser el primer paso para convertirse en un profesional del diseñado gráfico.