La entrada es un agujero húmedo abierto en la tierra, un poco más grande que el de una madriguera, disimulado por los arbustos espinosos de un bosque apartado del nordeste de Francia. Acompaño al fotógrafo Jeffrey Gusky, un médico de Texas que ha explorado decenas de espacios subterráneos como este. Juntos nos deslizamos al interior de la cavidad embarrada y nos sumimos en la oscuridad.
Comentarios
Nunca debieron de existir.
#1 Pero existieron y tal vez si no hubiesen existido tampoco existiría Internet en este momento.
#2, tu afirmación sobre Internet me deja atónito, y no es que ignore cual es el origen de la red, pero aun así me da qué pensar... jejeje
Por cierto, buen meneo
Pues sí. Olvidados, porque es posible que ya haya muerto el último combatiente que pisó esos túneles en su momento.