Publicado hace 10 años por conversador a lacienciaysusdemonios.com

Tradicionalmente el ser humano ha tendido a considerarse la cúspide de la vida y así la tendencia habitual es definir el amor tanto en su variante de pareja como en la parental como exclusivo de nuestra especie, pero ¿es eso cierto? Pero antes de entrar en cuestión, déjenme presentarles a dos especies de pequeños roedores emparentados

Comentarios

conversador

La noticia hace una pregunta muy interesante: ¿podemos seguir defendiendo por ejemplo que la atracción hacia nuestras parejas o hijos es una muestra exclusiva del más puro y elevado amor humano o tiene algo (o quizás mucho) que ver con mecanismos ancestrales de supervivencia de nuestra especie? Yo estoy bastante a favor de la segunda opción