Hace 9 años | Por kanjiru a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por kanjiru a yorokobu.es

Esta bella palabra tiene un origen de lo más pintoresco, pues emana de un antiquísimo relato oral llamado Los príncipes de Serendip (la actual Sri Lanka), en el que unos tipos suertudos resolvían todo mediante casualidades increíbles, como en los guiones de Almodóvar. Pero en nuestro idioma es aún un término nuevo, todavía con un lazo y olor a embalaje; y hay que desentrañar sus prestaciones, que las tiene.