Hace 5 años | Por Samu__
Publicado hace 5 años por Samu__

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Yo creo que esa contradicción no llega a plantearse siquiera en la mayoría de los casos. Casi todo el mundo cree que le está haciendo un favor a la humanidad o al país trayendo niños al mundo. Lo de la humanidad se cae por su propio peso visto que ya hemos rebasado todo lo ecológicamente rebasable y laboralmente vamos a sobrar la inmensa mayoría conforme más se automaticen los trabajos sin un cambio de paradigma que reparta la riqueza y recursos obtenidos sin apenas intervención humana.

Lo del país puede ser cierto a corto plazo desde el punto de vista del sistema piramidal en el que vivimos, pero si todos los países hicieran lo mismo (¿y por qué no querrían hacerlo?) volvemos al punto anterior.

Por último están los que piensan que le hacen un favor al propio niño, aunque es bastante dudoso que podamos comparar la situación de un niño nacido con alguien que no ha llegado a existir, y eso sin tener en cuenta la futilidad del sufrimiento, por mucha felicidad que, con más o menos probabilidad, esa persona pueda experimentar.

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#1 (sigo aquí porque ya no puedo editar el comentario anterior)

En realidad poca gente se plantea estas cuestiones como incongruencias. Es “una cosa más” que la mayoría de la gente quiere tener en la vida porque efectivamente estamos programados para ello. Los daños colaterales, igual que los de cualquier otra actividad que reporte placer, ya se pensarán “otro día”.

Quizá la diferencia más grande respecto a otros placeres más inmediatos es que al parecer está estudiado que las personas con hijos son más infelices que las que no los tienen, por lo que desde un punto de vista de una inversión en la propia felicidad no tiene tampoco sentido, aunque sospecho que los padres pensarán que merece la pena por los picos de felicidad que puedan darle los hijos en ocasiones especiales (que se cobran con creces en preocupaciones) o el alivio de la soledad en la vejez.