Basado en hechos reales (IV): la reunión

Aquella reunión de vanguardia del instituto había empezado con toda la normalidad que se podía esperar. De improviso, Álvaro, uno de los asiduos a esas reuniones, entró como una exhalación en la pecera de la Facultad de Derecho.

—  ¡Hostia, Álvaro! ¿Qué te pasa? —dijo alguien.

Durante un instante que pareció una eternidad, Álvaro permaneció callado.

—     Estaba repartiendo folletos de Juventudes y han aparecido de repente los grises, me han sujetado y me han llevado a comisaría.—soltó Álvaro con voz temblorosa.

Un silencio sepulcral siguió a esas palabras.

—   ¿Y te han soltado sin más? ¿no te han hecho nada?—preguntó Esteban finalmente.

—   No me han hecho nada, pero me han hecho muchas preguntas. Me he acojonado y les he dado todos vuestros nombres.

Unos años más tarde, Esteban y sus amigos acababan de salir de la Facultad, que había sido desalojada sin dar explicaciones. Pocos minutos después habían llegado al bar en el que tomaban un vino todos los días al salir de clase. Los escasos clientes miraban atentamente al televisor que retransmitía las noticias del golpe de estado del 23 F. El recuerdo de aquella reunión volvió súbitamente a la mente de Esteban. Y en ese momento supo con total precisión el sentido de la expresión tener el corazón en un puño.

Y la de que se te pongan los huevos de corbata. De esa también.