La jugada del feminismo

Hoy he visto un comentario interesante, venía a decir que tal como se están poniendo las cosas ser hombre y votar feminismo es igual de estúpido que ser un currante que vota a la derecha. Ahí es nada.

Y bueno, a tenor de las últimas declaraciones de la vicepresidenta, en las que propone en pocas palabras abolir la presunción de inocencia (quizás solo en base a testimonios de mujeres, que todos sabemos que nunca mienten) parece que es bastante peor. No sé, igual lo quieren convertir en un modus vivendi, para revitalizar el ascensor social.

La jugada está clara para las élites: contaminar de hembrismo la izquierda hasta que el hedor sea tan irrespirable que obligues a la gente a cambiar su voto o a quedarse en casa. Y se diría que va funcionando bien.

Porque de izquierdas, no nos engañemos, en lo económico poco o nada se hace. Entonces cuando gobierna la izquierda avanza la agenda feminista y cuando gobierna la derecha avanza la agenda económica, pero los planes de las élites siempre avanzan.

Y para las personas, pues según. El tío de derechas, ese sin ningún conflicto, a votar a los de siempre. La tía de derechas igual, porque al final tampoco la derecha se dedica a deshacer lo hecho.

La tía de izquierdas, feminista a muerte y el tío de izquierdas… a ése se la han colado: no tiene opción política, aunque algún caballo de Troya rojipardo deben tener en ciernes.

Además, mediáticamente está bien gestionado, porque a Dani Alves le pueden haber declarado no culpable, pero todos sabemos que de inocente tiene poco. Poco o nada, pero es que quien lo acompaña al reservado, o donde sea, pues tampoco parece el paradigma de la inocencia.

Y mola porque como es un tío de pasta, pues como que más ganas le tiene la gente, parafraseando a una infame diputada: que se jodan.

Pero no nos engañemos, zorras trepadoras hay por todas partes, no sé si alguien en la izquierda habrá comprado esta bazofia como alguna suerte de lucha de clases posmoderna, pero lo que es en realidad es un bochorno con ninguna clase.

Y vuelvo a oír a Pablo Iglesias, igual porque tiene dos chavalas, creo, que las mujeres quieren volver a casa borrachas y solas. Ya, y yo pasearme por las favelas de Río encendiendo puros con billetes, pero el mundo es como es. Y en realidad ni siquiera me gustan los puros, quiero decir, que ya es un poco hasta como por tocar los cojones, te lo dice hasta la que no sale del té helado: sola y borracha, etc...

Las cosas como mejor se dinamitan es desde dentro. De eso no cabe ninguna duda. La izquierda de este país no es la excepción. Y ahora que ya se han coronado con la impostura máxima, aprovechando un caso que, siendo evidente la culpabilidad, puede fácilmente resultar indemostrable, sólo queda aguardar el derribo.

Han perdido literalmente el norte. No hay opción política al final, o te joden por un lado o te joden por otro, y para la certeza de que te jodan no levantas el culo el domingo, es fácil. Pero no viene de ahora, lo fueron deslizando poco a poco, a través de los años.

Desde el momento en que, ante un caso de embarazo "accidental", la decisión recae exclusivamente sobre la mujer pero de ahí resulta una responsabilidad compartida, el tío que la meta en caliente es simple y llanamente un sub… Subordinado, sí, literalmente. Y bueno, no es una mala definición de “hombre” en el contexto que hablamos, le decía hoy a la familia que por la boca muere el pez y los tíos por la polla. Es ley.

La solución se llama “aborto administrativo”, es de mal gusto, desde luego, y coacciona, qué duda cabe. Pero al menos no decide un por el otro, que es tal como está la cosa hoy en día.

Ni me he hecho viejo, aunque más viejo desde luego soy, ni me he hecho más conservador, ni me he vuelto facha. Vengo años mirando y callando, de un tiempo a esta parte algo menos. Pero llegados a este punto el despropósito es insuperable. Vamos, cuando en el juicio de Héctor de Miguel, alias “Quequé”, al juez se le ocurre poner un ejemplo en el que desprecia la presunción de inocencia todos nos echamos las manos a la cabeza. Que entregue la toga y el mazo. La diferencia es que a ese no lo votamos. Pero a ésta sí.

El cruce de cables en este otro asunto viene de que la culpabilidad de Alves, fuera de tecnicismos legales y a ojo de buen cubero, parece bastante “obvia”. Simplemente por la situación. Lo raro sería que su acompañante entrara donde entrara a ver si el zapatito de cristal era de su talla. Yo sí he tenido tiempo de ver las pelis porno hasta el final y os aseguro que, por lo general, no se casan.

Así que no, no deberías encerrarte en un lavabo, una habitación, o lo que sea, con un desconocido, por muy "conocido" que sea porque, si algo malo pasa, difícilmente vas a poder demostrarlo. Lo que sería un cachondeo es invertir la carga de la prueba, es una ignominia que jodería todo el sistema legal. Y también en estos tiempos tan “líquidos” parece hasta bizarro señalar el valor de las relaciones de confianza.

Pero la “izquierda” que fagocitó a la izquierda sigue enquistada en lo suyo y ahí parece que seguirá, tratando de volver a casa sola y borracha sin ser capaz siquiera de encontrar el puto camino. Y claro, también tienen derecho a encontrar el camino, lo que no está tan claro es que tengan la capacidad.

Porque desde luego, no parecen tener idea de por donde pisan, yo para empezar les contaría el cuento de la caperucita roja. Y luego el de los tres cerditos, por si acaso. Mirad que os mando como corderos entre los lobos. Pero eso supongo que tampoco se cuenta ya. Algunas señoras se diría que de lo que se han divorciado es de la realidad.

Todo el relato del feminismo, de principio a fin es una porquería. Alimentado por al incultura, no en vano el género femenino tiene cierta prevalencia en la educación, que es desde donde se ha promovido. Pero lo cierto es que nunca fue una cuestión de género, si no de clase. Y tan cierto que la sociedad ha asignado diferentes roles por género (que los hombres tampoco escogían) como que las mujeres siempre han tenido una cuota de poder, como mínimo, a través de los hombres, que son en su mayoría francamente manipulables. Ése es el hecho.

Lo saben en todos los servicios de inteligencia, nada más fácil que montarle a alguien un lío de faldas. Sucede que hoy ya ni escandaliza, ya tiene que ser con una menor u homosexual, tal vez…

Y así le luce el pelo a Bill Clinton después de meterle un puro (literal, no figurado) a la becaria en el despacho oval. Inocente becaria, qué duda cabe. No es que ella tratara de medrar, es que su superior se aprovechó de su posición. ¿Seguro? Seguro ambas. Condición de posibilidad, de hecho.

Y en ese juego de sombras andamos ya desde hace décadas, #mee too incluido. Yo es que ya soy muy viejo. Antes si alguien se portaba como una puta y la trataban como una puta, desde luego era tan profundamente lamentable como hoy en día, pero no sorprendía a nadie. La verdad es así de cruda. Claro que no se lo oirás decir a ningún político, ni de izquierdas ni de derechas. A ningún personaje público probablemente. Sin embargo está en el sentido común de todos y cada uno de nosotros y vosotras. ¿Qué hipócritas nos hemos vuelto, no? Hasta para con nosotros mismos… Y cuanto más hipócritas, más manipulables aún.

Y así le luce el pelo a uno, diez años sin echar un polvo, en gran medida por la situación de mierda que han promovido, viendo lo que van gestando en el panorama para oír a las “compañeras” cantar “el violador eres tú”, hablar con tías que sólo manejan referencias femeninas como si lo importante fuera la entrepierna en lugar de la idea y… joder, no es que estuviera bien la cosa, pero la habéis acabado de mandar a la mierda, pero no un poquito, a la mierda de otro sistema solar. Al nivel de que reivindicar la sana igualdad de derechos se ha convertido en una suerte de lobby excluyente y corporativista que reclama sus cuotas como la mafia exige el pago por su protección. Valiente montón de mierda.

Y los sindicatos, con el culo tan abierto que se han de sentar de lado en el taburete del bar, repartiendo lacitos el 8 de marzo. Pues vale, no es que sorprenda. El feminismo no suele hablar de Cleopatra. Ni de la reina de Saba. No saben quién cojones es Zenobia. Ni de Salomé: ¡que me traigan la cabeza del machirulo de Juan el bautista! A la reina de Inglaterra la debieron ver la mayoría, ahí está Ana Patricia Botín. El cambio es espectacular con un toque femenino, oiga. La lobotomización es tal que ya es y se encargarán de que sea una situación irreconciliable por generaciones. Quiero decir, que la situación actual de más divorcios que matrimonios no es muy sostenible en el tiempo cuando lo segundo es condición de posibilidad para lo primero. Y desde luego no parece que volver al pasado sea solución de nada, se diría que está todo por inventar.

Que el vaciado de las viejas pautas que se ha dado en la mayor parte de la sociedad tuviera que rellenarse de algo más que nihilismo y hedonismo. Lo veremos, o se verá, a lo largo de las próximas generaciones. Y las precedentes servirán sin duda de ejemplo como lo han hecho siempre, fundamentalmente de lo que no hay que hacer. Es lo que pasa cuando dejas el mundo en manos de psicópatas enfermos. Pero no os preocupéis, ellos están bien. Quiero decir, a las élites les va bien: siguen profundizando de forma permanente en su enfermedad, que a la postre es la nuestra.

Un mundo a medida del mejor postor donde todo lo compra el dinero y todo se puede tener. Todo, menos lo que no compra el dinero. Eso ni siquiera existe. En fin. En el pecado va la penitencia. On egin.