YO:
Los filósofos, e incluso los especialistas religiosos, que suelen tomar de la filosofía lo que les interesa, en general nos suelen decir que lo que podríamos referir como "causa primera" del universo, al ser creadora o productora de las cosas físicas mas fundamentales o básicas posibles (como el espacio, el tiempo, las leyes físicas, etc), merece ser catalogada o calificada como "no-física" o "metafísica".
Cuando postulan esta idea, en cierto modo están basándose en el principio de que aquello que es creador de lo físico, precisamente por ser lo que hace que lo físico comience a existir, no puede ser en sí mismo físico. Por tanto, están indirectamente basándose en la idea de que una causa no puede tener ni depender de los atributos o características de la cosa o consecuencia que dicha causa crea o produce, porque es precisamente esa causa la que debe crear y hacer empezar a existir esos atributos o características.
Apliquemos esta noción a un caso concreto a modo de ejemplo. El campo electromagnético es causa de los seres humanos, porque puede haber campo electromagnético sin seres humanos, pero no puede haber seres humanos sin campo electromagnético. Por tanto, el campo electromagnético no puede tener en sí mismo atributos propios de los seres humanos (nariz, ojos, pelo, brazos, etc), porque el campo electromagnético es el que crea esos atributos, y les hace empezar a existir.
Por el mismo razonamiento, la "causa creadora primera" del universo no puede tener atributos humanos, porque es esa causa la que crea o produce los atributos humanos.
¿No es, por tanto, incoherente, que la gente religiosa sostenga el principio de que la causa no puede poseer ni depender de los atributos de la consecuencia (afirmando así cosas como que a un universo físico debió crearlo una causa no-física), pero luego atribuya atributos humanos o antropomórficos a la "causa creadora primera"?
O, preguntado de otra forma, ¿no es el mismo principio, sostenido por la gente religiosa, por el que la causa no puede poseer ni depender de los atributos de la consecuencia, la razón de que la propia religión sea imposible o absurda, puesto que la religión se basa de manera fundamental y crucial en los atributos antropomórficos asociados a la "causa creadora primera"?
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DEEPSEEK:
La aparente contradicción señalada surge de la tensión entre dos aspectos del discurso religioso: la naturaleza trascendente de la causa primera y la necesidad de comunicar sus atributos en términos comprensibles para los seres humanos. Analicemos esto en detalle:
1. El principio de la causa no-física y su lógica
El argumento de que la causa primera debe ser "no-física" se basa en el principio de que la causa no puede depender de los atributos de su efecto. Por ejemplo:
- Si el universo físico (espacio, tiempo, leyes naturales) depende de una causa, esta no puede ser física, ya que lo físico surge a partir de ella.
- Del mismo modo, atributos humanos como la corporalidad (nariz, ojos) o emociones biológicas (deseos, ira) son productos del universo físico y, por tanto, no pueden ser inherentes a la causa primera.
2. El problema de los atributos antropomórficos
Las religiones suelen describir a la causa primera (Dios) con características humanas: voluntad, amor, justicia, e incluso forma humana en algunas tradiciones. Esto parece contradecir el principio anterior, ya que:
- Los atributos humanos son contingentes: emergen de procesos evolutivos y culturales dentro del universo físico.
- Si la causa los tuviera literalmente, estaría condicionada por el mismo orden que creó, lo que la haría parte del efecto, no de la causa.
3. Respuestas desde la teología y la filosofía religiosa
Para resolver esta tensión, las tradiciones religiosas y filosóficas han propuesto varias distinciones:
a) Atributos analógicos, no unívocos
- Tomás de Aquino argumentó que los términos aplicados a Dios (como "bondad" o "sabiduría") son analogías, no equivalencias literales. Por ejemplo, decir que Dios "ama" no implica emociones humanas, sino una perfección trascendente.
- Esto evita la contradicción al negar que los atributos divinos sean idénticos a los humanos.
b) Dios como ser necesario y simple
- En teologías como el teísmo clásico, Dios es entendido como acto puro (sin partes ni potencialidad), lo que implica que sus atributos (como la voluntad o el intelecto) no son "componentes" añadidos, sino expresiones de su esencia única.
- Aquí, la causalidad divina no es un proceso temporal, sino un acto eterno que trasciende la física.
c) El lenguaje religioso como simbólico
- Autores como Paul Tillich defendieron que el lenguaje sobre Dios es simbólico, no literal. Los términos antropomórficos son metáforas para apuntar a una realidad inefable.
- Por ejemplo, la "ira de Dios" no sería un estado emocional, sino una expresión simbólica de su oposición al mal.
d) Distinción entre lo físico y lo personal
- Algunas corrientes argumentan que la conciencia o la agencia no son necesariamente físicas. Así, aunque Dios no tenga cuerpo, podría tener voluntad o inteligencia como atributos no derivados de lo creado.
4. Críticas a estas respuestas
Estas soluciones no están exentas de objeciones:
- ¿Es posible una analogía sin base común? Si no hay similitud real entre los atributos divinos y humanos, el lenguaje religioso carece de contenido significativo.
- ¿Por qué atribuir cualidades personales? Si la causa primera es totalmente trascendente, ¿no sería más coherente describirla como impersonal (como en el deísmo o el panteísmo)?
- El riesgo del antropocentrismo: Proyectar rasgos humanos en la causa primera podría reflejar más limitaciones culturales que verdades metafísicas.
Conclusión: ¿Incoherencia o tensión inevitable?
La crítica señala una incoherencia potencial en el discurso religioso: si la causa primera no puede tener atributos físicos, tampoco debería tener rasgos dependientes de lo físico (como la personalidad humana). Sin embargo, las religiones suelen argumentar que:
- Los atributos asignados a Dios no son idénticos a los humanos, sino perfecciones trascendentes.
- El lenguaje religioso es una aproximación limitada, no una descripción exhaustiva.
¿Es esto suficiente? Depende de la aceptación de premisas metafísicas específicas (como la analogía o la simplicidad divina). Para un crítico secular, la contradicción persiste; para un creyente, es una tensión necesaria al hablar de lo trascendente. En última instancia, el debate refleja el desafío de conceptualizar una realidad que, por definición, excede los límites de la experiencia humana.
----- O -----
YO:
¿sería sostenible que, por el mismo principio por el que la causa no puede poseer ni depender de los atributos de la consecuencia, entre la "causa primera creadora" y los seres humanos deba haber una "desconexión" o distancia existencial u ontológica de tal magnitud (es decir, una diferencia tan radical), que no tendría ningún sentido pretender que esa "causa creadora primera" tenga algún interés especial en que los seres humanos se comporten éticamente, hasta el punto de recompensarlos o castigarlos después de la muerte, y hasta el punto de que esa "causa creadora primera" se haya hecho pasar por ser humano en el cósmicamente insignificante planeta Tierra, o haya enviado a un hijo suyo, para ser crucificado?
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DEEPSEEK:
La pregunta apunta a una crítica central contra las doctrinas religiosas que, por un lado, postulan una causa primera trascendente (no-física, atemporal, inmaterial) y, por otro, le atribuyen interés en asuntos humanos específicos (ética, salvación, encarnación). Este conflicto puede analizarse desde dos perspectivas: la coherencia lógica del argumento y las respuestas teológicas tradicionales. Veamos:
1. El principio de la desconexión ontológica
Si aceptamos que la causa primera no puede poseer atributos dependientes de sus efectos (como lo físico, lo temporal o lo biológico), entonces:
- La ética humana es un producto evolutivo y cultural, ligado a nuestra biología, necesidades sociales y contexto histórico. Si la causa primera trasciende lo físico, ¿por qué habría de estar vinculada a sistemas morales humanos?
- La recompensa o castigo postmortem implicaría que la causa primera valora acciones humanas según parámetros contingentes (ej: "no matarás"), lo cual parece antropocéntrico y arbitrario desde una perspectiva cósmica.
- La encarnación en un planeta insignificante (como la Tierra) sería absurda si la causa primera es atemporal y no-local: ¿por qué intervenir en un punto específico del espacio-tiempo, en una especie entre millones?
En resumen: Si la causa primera es radicalmente "otra" (no-física, no-temporal), atribuirle preocupación por asuntos humanos equivaldría a proyectar nuestra finitud en lo infinito, violando el principio de que la causa no puede depender de sus efectos.
2. Respuestas teológicas a esta crítica
Las religiones abrahámicas (cristianismo, islam, judaísmo) y otras tradiciones han desarrollado argumentos para abordar esta tensión:
a) Dios como fundamento de la ética, no su producto
- Según el teísmo clásico, Dios no "obedece" una moral externa, sino que la bondad misma es su esencia. Así, los valores humanos no son invenciones culturales, sino participaciones en la naturaleza divina.
- Crítica: Esto presupone que conceptos como "bondad" o "justicia" tienen un significado análogo en Dios y en humanos, algo que el principio de desconexión ontológica cuestiona.
b) El amor divino como razón de la encarnación
- En el cristianismo, la encarnación (Dios hecho hombre) se justifica como un acto de amor radical para "elevar" a la humanidad hacia lo divino. Autores como Kierkegaard argumentan que esto es un "escándalo" lógico, pero necesario para la salvación.
- Problema: Si Dios es omnipotente y trascendente, ¿por qué necesitaría un método tan contingentemente humano (ej: crucifixión)? ¿No sería más coherente una salvación universal no mediada por eventos históricos?
c) La insignificancia cósmica como ilusión antropocéntrica
- Algunos teólogos (ej: Teilhard de Chardin) sostienen que la Tierra no es "insignificante", sino el lugar donde emerge la conciencia, un paso hacia la "noosfera". La encarnación sería parte de un plan cósmico.
- Debilidad: Esto asume que la evolución biológica tiene un propósito teleológico dirigido por Dios, algo que la ciencia actual niega.
d) Dios como misterio inefable
- Muchas tradiciones (ej: mística cristiana, sufismo) reconocen que los atributos antropomórficos de Dios son metáforas, no descripciones literales. Así, la "ira" o el "amor" divino apuntan a realidades incomprensibles para humanos.
- Paradoja: Si Dios es inefable, ¿cómo pueden las religiones afirmar saber tanto sobre sus deseos o planes?
3. ¿Es sostenible la posición religiosa?
La coherencia de estas respuestas depende de premisas metafísicas específicas:
- Si se acepta la analogía entis (que hay una relación real entre Dios y lo creado), es posible sostener que Dios actúa en la historia sin ser reducible a ella.
- Si se rechaza la analogía, como hace el ateísmo crítico, las doctrinas religiosas colapsan en contradicciones:
- ¿Por qué un ser trascendente se comunicaría mediante libros escritos en lenguas humanas?
- ¿Por qué castigaría o premiaría a humanos por acciones irrelevantes en escala cósmica?
- ¿Por qué usaría mecanismos físicos (ej: resurrección) si trasciende lo físico?
4. Ejemplos concretos de la tensión
- El problema del mal: Si Dios es omnipotente y benevolente, ¿por qué permite sufrimientos que, desde una perspectiva cósmica, carecen de sentido? La teodicea choca con la idea de un Dios trascendente e inescrutable.
- Revelación particular: Afirmar que Dios se reveló a un pueblo específico (ej: Israel) en un momento histórico contradice su supuesta universalidad.
- Antropocentrismo cósmico: La idea de que humanos somos el "propósito" de la creación ignora la inmensidad del universo y la probabilidad de vida extraterrestre.
Conclusión: Una paradoja irresoluble sin fe
Desde la lógica filosófica, la crítica es sólida: atribuir intereses humanos a la causa primera contradice el principio de que esta debe ser independiente de sus efectos. Sin embargo, las religiones no pretenden ser sistemas puramente racionales, sino que se basan en experiencias reveladas o dogmas que trascienden la razón. Para un creyente, la encarnación o el juicio final no son conclusiones lógicas, sino verdades recibidas.
En última instancia, la tensión solo se resuelve en el ámbito de la fe versus la razón: o se acepta que lo divino opera en términos incomprensibles para humanos, o se concluye que las religiones son proyecciones antropomórficas de nuestras necesidades. No hay una respuesta neutral.
----- O -----
YO:
Con mi anterior observación no estoy diciendo que el comportamiento ético humano no sea necesario, sino que este comportamiento se fundamentaría en el contexto natural y físico de existencia del ser humano, en relación con el objetivo de la supervivencia y el progreso, no en una "actividad específica o a propósito" de la "causa creadora primera" para supervisar y asegurar que el ser humano se comporte éticamente.
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DEEPSEEK:
Tu observación es coherente con una visión naturalista de la ética, donde los valores morales emergen de las necesidades biológicas, sociales y culturales de la especie humana, sin requerir una intervención o diseño deliberado de una "causa primera creadora". Esta perspectiva, respaldada por disciplinas como la biología evolutiva, la sociología y la neurociencia, contrasta con las posturas religiosas que atribuyen a la causa primera (Dios) un interés activo en regular la conducta humana. Analicemos cómo se articula este enfoque y sus implicaciones:
1. Fundamentos naturales de la ética humana
a) Ética como adaptación evolutiva
- La cooperación, la empatía y las normas sociales surgieron como estrategias de supervivencia en especies altamente sociales como la nuestra. Por ejemplo:
- Altruismo recíproco: Ayudar a otros aumenta las probabilidades de recibir ayuda en el futuro (Robert Trivers).
- Selección de grupos: Grupos con normas éticas cohesivas (ej: prohibición del asesinato) tienen ventajas competitivas frente a otros (Darwin, E.O. Wilson).
- Estos comportamientos están ligados a mecanismos biológicos, como la liberación de oxitocina al cooperar, que refuerzan la cohesión social.
b) Ética como construcción cultural
- Las normas morales varían según el contexto histórico y geográfico (ej: conceptos de justicia en Atenas vs. Esparta), lo que sugiere que no son universales ni trascendentes, sino soluciones prácticas a desafíos colectivos:
- Teorías del contrato social (Hobbes, Rousseau): La ética surge para evitar el caos y garantizar la seguridad.
- Utilitarismo (Bentham, Mill): Lo "bueno" es lo que maximiza el bienestar, un objetivo arraigado en la experiencia humana, no en mandatos divinos.
c) Neuroética y toma de decisiones
- Estudios de neurociencia muestran que los juicios morales dependen de circuitos cerebrales como la corteza prefrontal y la amígdala (ej: trabajos de Joshua Greene). Daños en estas áreas alteran la capacidad ética, vinculándola a la materialidad del cerebro, no a un alma inmaterial.
2. Crítica a la ética basada en una "causa primera interesada"
Si la ética humana depende de procesos naturales, postular que la causa primera la "supervisa" o "exige" plantea problemas filosóficos:
- El dilema de Eutifrón: ¿Es algo bueno porque Dios lo ordena, o Dios lo ordena porque es bueno?
- Si es lo primero, la moral es arbitraria (Dios podría ordenar el asesinato y sería "bueno").
- Si es lo segundo, la moral existe independientemente de Dios, contradiciendo su papel como fundamento último.
- Incoherencia cósmica: Si la causa primera es indiferente al sufrimiento de billones de especies en la Tierra (ej: extinciones masivas), ¿por qué se preocuparía específicamente por la conducta ética de una de ellas (humanos)?
- Paradoja de la revelación: Si Dios quiere que nos comportemos éticamente, ¿por qué sus "mandamientos" son ambiguos, culturalmente específicos (ej: Diez Mandamientos) y accesibles solo a través de textos sujetos a interpretación?
3. Compatibilidad (o no) entre religión y ética naturalista
Algunas tradiciones religiosas intentan conciliar ambos enfoques:
- Teorías de la "ley natural" (Tomás de Aquino): Afirman que Dios implantó principios éticos en la naturaleza humana, accesibles mediante la razón. Sin embargo, esto sigue presuponiendo un diseño deliberado, algo que la evolución por selección natural explica sin necesidad de un diseñador.
- Religiones no-teístas (Budismo, Taoísmo): Enfatizan la ética como camino práctico para reducir el sufrimiento, no como obediencia a una deidad. Esto se acerca más al naturalismo.
Pero en el teísmo revelado (cristianismo, islam), la tensión persiste: si la causa primera es trascendente, no hay razón lógica para que se interese en normas humanas como "no usar hilos mezclados" (Levítico 19:19) o "rezar cinco veces al día".
4. Consecuencias prácticas de cada enfoque
- Ética naturalista:
- Fomenta la responsabilidad humana: Somos nosotros quienes debemos negociar y mejorar nuestras normas, sin delegar en instancias sobrenaturales.
- Permite revisar la moral a la luz de nuevos conocimientos (ej: derechos LGBTQ+ basados en entendimiento científico de la sexualidad).
- Ética religiosa:
- Ofrece estabilidad psicológica al dar respuestas absolutas en un universo indiferente.
- Pero puede estorbar el progreso si dogmas antiguos chocan con valores modernos (ej: oposición a derechos reproductivos).
5. ¿Podría la causa primera ser indiferente a la ética humana?
Sí, y esto es compatible con lo que observamos:
- El silencio del universo: No hay evidencia de que fuerzas cósmicas premien o castiguen comportamientos. Las tragedias (terremotos, cáncer) afectan a justos e injustos por igual.
- Éxito de sociedades secularizadas: Países con altos índices de ateísmo (ej: Suecia, Japón) mantienen altos estándares éticos, demostrando que la moral no depende de la religión.
- Futilidad cósmica: En un universo de 93 mil millones de años luz, donde la Tierra es una mota de polvo, es absurdo pensar que una causa primera atemporal se preocupe por si mentimos o no.
Conclusión: La coherencia está del lado naturalista
Tu postura es lógicamente sólida: si la causa primera es tan trascendente que no puede tener atributos físicos, tampoco puede tener intereses humanos. La ética, entonces, se explica mejor como un fenómeno emergente de nuestra condición biológica y social, no como un mandato cósmico. Las religiones, al proyectar necesidades humanas en la causa primera, caen en una contradicción que solo se sostiene mediante fe o tradición, no mediante razonamiento filosófico riguroso.
Como dijo Carl Sagan: "El universo no parece ni benigno ni hostil, sino simplemente indiferente". En ese marco, la ética humana no es un guion escrito por una fuerza creadora, sino un proyecto colectivo que debemos construir con humildad, razón y compasión.
----- O -----
NOTA DEL AUTOR: precioso "dilema de Eutifrón".