Ya hace tiempo que el mundo me toca las narices.
Cada año que pasa se demuestra más la sarta de mentiras en la que nos han vendido desde la segunda guerra mundial. Y no, no os creáis que soy un crío que acaba de despertar: Soy un tipo de cuarenta años y ya hace mucho que sé la verdad: Que estamos en manos de gente sin escrúpulos. Pero, ¿sabéis qué? Que hasta no hace tanto, al menos, tenían la cortesía de mantener la ilusión.
Que lo de Gaza es un puto crimen, pero al menos hay altos el fuego y ayuda humanitaria. Y bueno, de África no hablemos mucho, ¿vale? Vale. Pon a las ONGs en la televisión. Yay.
Pero ya no. Ya no hay que disimular. Ya dejamos que Israel haga lo que le salga de los huevos. Ya dejamos que el crimen y el genocidio que están cometiendo se retransmita en riguroso directo. Ya dejamos que bombardeen civiles, hospitales, y equipos de ayuda humanitaria; que monten bombardeos en las colas del reparto de alimento... Yo qué sé. Me quedo sin palabras.
Y miramos a otro lado. Porque nos sentimos indefensos. Y quizá lo estamos, para evitar esto, porque cuando Israel va de la mano con papá América, ¿quién es el guapo que le planta cara? Nadie. Y seguimos mirando con espanto o peor, con indiferencia, el crimen atroz que Israel está cometiendo con el beneplácito de occidente.
Pero tenemos la decencia de horrorizarnos. De suspirar y lamentarlo. Porque joder, no podemos evitarlo, pero al menos podemos condenarlo. Es lo único que nos queda, ¿verdad?
Y hoy... me encuentro con el ganador del pulitzer. El de un niño palestino mutilado. De fondo, musiquita entre tristona y esperanzadora, ¡viva la melancolía!. Y la narradora de los informativos, diciendo que "Gaza es la región con más niños mutilados del mundo en 2024".
Pongo otro canal. "...quería ser piloto y jugar el fútbol..."
Veo las redes sociales. Fotografía. Corazoncito, corazoncito, corazoncito. #YoconPalestina #AbajoIsrael #Pullitzer
Lo macabro vende. Lo macabro es portada. Lo macabro distrae de la auténtica desgracia de lo que hemos permitido que ocurra.
Estoy asqueado.
Iros a la mierda.