Muchos no esperaban vivir lo bastante para ver esto, pero la hora ha llegado: en vez de tener en las calles a los hambrientos, tenemos la revolución de los hartos. Los que no salieron a la calle por sus hijos, salen ahora por sus patinetes y sus perros.
El sistema no se ve amenazado por hordas de pobres que toman las calles, rompiendo escaparates y asaltando supermercados. La democracia no se ve en peligro por masas proletarias que exigen sus derechos, ni por grupos de trabajadores mal pagados que convocan huelgas generales indefinidas. No hay nada de eso. Estamos ante la revolución de los tipos con sobrepeso, bien alimentados, con calefacción en casa y unas coberturas que jamás soñaron sus abuelos, votando a políticos que quieren acabar con esas coberturas, con esos derechos y con un contrato social en que todo el mundo se garantizaba unos mínimos.
Estamos ante los disturbios que convocan los blanqueadores de ano, los defensores de la libertad sexual de las gallinas y los veganos del santo apio.
Estamos ante un montón de gente que adora las limitaciones. Que vive en ciudades donde hasta la última lechuga tiene que recorrer 500 km para llegar a su plato, pero creen que la movilidad se arregla con bicis y patines. Que obligan a una pizza a consumir 4 litros de gasolina para llegar a su portal, pero aceptan que los ricos recarguen gratis sus coches en las farolas.
Es el partido de los que piden una distribución más justa de los impuestos, pero usan Apple y compran en Amazon. Es el partido de los que nos recuerdan que la educación y la sanidad salen del IVA que no escaqueamos al dentista, y se suscriben a Netflix o a HBO.
Es el partido de los que nunca quisieron estudiar y ahora no pueden soportar que desaparezcan a toda velocidad los trabajos menos cualificados. Es el partido de las horas vacías y las fuerzas sin sentido, porque los pequeños problemas los cubre el Estado y los grandes quedan fuera de nuestro alcance, lo que hace inútiles casi todos nuestros esfuerzos.
¿Y qué pasa entonces con los que no tienen aficiones, ni han sido educados para el ocio? Que se frustran, se cabrean y arremeten contra lo que sea, en una especie de Club de la Lucha colectivo que lleva al poder a verdaderos energúmenos. Esos son los votantes del Partido Panzista: los que quieren que arda el mundo, porque no es suyo, ni lo va a ser nunca, ni están a tiempo de alcanzar el barco que ya ha zarpado.
Los hambrientos, que siguen creciendo en número, probablemente vengan luego. Pero aún no. Es la hora de la revolución del Prozac, las curvies y los ombligos turgentes. Es la hora de los panzistas, los pringados descontentos de siempre, pero con la variante de que antes no vendía tanto ser víctima, perdedor o escoria.
Y ahora vende... Y ya están pasando por caja.
Yo no los pienso votar, por más que ya los haya visto en tres o cuatro papeletas diferentes, pero me pongo en lo peor...
Comentarios
Simplemente brillante
Revolución de sofá.
#8 A veces me expreso de forma un poco histriónica, sí, telita, tela; sin embargo, hay hasta éxitos de ventas como «21 lecciones para el siglo XXI» donde se da a entender que a medio o largo plazo sólo nos quedará ser artistas, y el propio historiador no se moja a recomendarle a los padres qué estudien sus hijos (llega a decir que Filosofía, por la ética que aplicar a la IA [no es broma]).
Ya hay tecnología que puede hacer el trabajo de un notario, juez o médico mejor que ellos, pero suplantar la calidez del contacto humano de enfermeras, camareros y por el estilo, es diferente y más difícil.
Con eso que resaltas quería dar a entender que la gente de generaciones anteriores malamente entiende la precariedad de los periodistas, profesores, abogados, etc., de la mía, y molesta mucho la necedad, presunción y sevicia con la que etiquetan de «nini» a todo quisqui (recientemente, a Marta Rosique).
Me ha gustado bastante el artículo, pero, como conozco a bastante gente con carrera y máster en bares (aquí y en Londres), parafraseo tu «Es el partido de los que nunca quisieron estudiar y ahora no pueden soportar que desaparezcan a toda velocidad los trabajos menos cualificados» tal que así:
«Es el partido de los que nunca quisieron estudiar una ingeniería y ahora no pueden soportar que desaparezcan a toda velocidad los trabajos cualificados fuera de ese campo, mientras que, a su vez, están lo suficientemente informados y/o son lo suficientemente jóvenes y/o lúcidos como para saber que la tecnología reemplazará antes a médicos que a enfermeros, a programadores que a camareros, etcétera.»
#6 Tu reflexión merece un artículo aparte.
¿Te animas a escribirlo?
Es el partido de los que nunca quisieron estudiar una ingeniería y ahora no pueden soportar que desaparezcan a toda velocidad los trabajos cualificados fuera de ese campo, mientras que, a su vez, están lo suficientemente informados y/o son lo suficientemente jóvenes y/o lúcidos como para saber que la tecnología reemplazará antes a médicos que a enfermeros, a programadores que a camareros, etcétera.»
Tela
"Es el partido de los que nunca quisieron estudiar y ahora no pueden soportar que desaparezcan a toda velocidad los trabajos menos cualificados. Es el partido de las horas vacías y las fuerzas sin sentido, porque los pequeños problemas los cubre el Estado y los grandes quedan fuera de nuestro alcance, lo que hace inútiles casi todos nuestros esfuerzos."
Me quedo con este párrafo. La gente no es consciente de hasta qué punto van a sufrir las masas en unos años. La automatización va a hacer inservible a un porcentaje significativo de la población que ni está cualificado para adaptarse ni tiene ganas de hacerlo. Me dedico a la automatización de procesos industriales y administrativos, es decir, a generar paro. Y hemos sido, como dice el Arquitecto de Matrix, "extremadamente eficientes en esa tarea". La inteligencia artificial va a arrasar, y de hecho ya está arrasando, con el sector terciario. Las masas de proletarios han sido convertidas en masas de PROGREtarios y están siendo domesticadas y educadas por el sistema para que sean pasivas y se suiciden por iniciativa propia. No es algo que a estas alturas vayamos a poder evitar.
El panzismo hace ya unas décadas que es indicativo de pobreza. Hace poco salió aquí un documental sobre la pobreza en USA y la gente de las zonas deprimidas está gorda: pobres, hijos de los pobres, delincuentes pobres, policias medio pobres. Todo el mundo esta gordo. Esto es lo contrario a vivir bien o frivolamente, ahí habrá montones de problemas de depresión y enfermedades graves que además no se tratan o se tratan malamente. Con suerte esa gente se moviliza por trabajos donde les dan cuatro perras y luego se convierten en couch potatoes delante de un electrodoméstico que les indica cuales son los problemas importantes del mundo o cuales son las soluciones según la tendencia política de cada canal de televisión, ideas simples y fáciles de entender que actúan a modo de sumideros de su atención y energía como salvar al lince del ártico o culpabilizar a los gatos negros o a las brujas, distracciones que no perturben excesivamente la estabilidad del sistema ni apunten a las verdaderas causas de su situación calamitosa.
#10 "las verdaderas causas de su situación calamitosa."
¿Y cuáles son? Bueno... primero ¿para quién la situación es "calamitosa"? Para 1.800 millones de chinos, por ejemplo, no lo es. De hecho es todo lo contrario: nunca ha ido todo mejor. Y esos ya son más que nosotros, los occidentales.
En aquellos tiempos de la revolución francesa los pobres pasaban hambre mientras los nobles terminaban la mayonesa del plato con pastel. Y de pronto todo cambió, y desde entonces los pobres mejorábamos nuestras condiciones de vida... hasta hace poco, y los viejos descendientes de nobles tenían que vender entradas a los turistas si querían mantener caliente las tres habitaciones donde viven, en un ala de su mansión.
Bueno, pues hoy está pasando exactamente lo mismo. Pero esta vez los nobles somos todos nosotros, finos y sofisticados occidentales, y los pobres están en Asia haciendo la "revolución". Esperemos que al final vengan con con muchos yuanes a ver nuestras mansiones, porque va a hacer mucho frío.
#13 bien por los chinos, pero hablamos de la situación calamitosa de los panzistas useños.
#14 Son vasos comunicantes.
#13 Me ha gustado lo de que "...vengan con con muchos yuanes a ver nuestras mansiones, porque va a hacer mucho frío. " Me ha gustado.
¿Tú crees que la nobleza es ahora esa clase media inexistente? ¿O quiénes forman parte de la nobleza? ¿Un currante con muchos títulos y diplomas es "nobleza"? ¿Alguien culto y educado es "nobleza cuando no encuentra trabajo?
#16 Yo creo a lo mejor lo que está pasando es que las tornas han cambiado: nuestro bienestar, el bienestar occidental, era en parte a costa de que otros lugares del mundo no emplearan los recursos en su bienestar, como el bienestar de los nobles pre-revolución era a costa de que el pueblo no accediera a los recursos. Una vez el pueblo accede a estos recursos (hoy Asia), ya hay menos para los viejos y aprovechados nobles (hoy, nosotros los occidentales). Se acabaron los privilegios de la sangre azul, ahora vamos a tener que currar como chinos.
"Es el partido de los que piden una distribución más justa de los impuestos".
Define hacia quién barre ese "justa", porque me parece que en el texto se salta de un sitio a otro, porque no cuadra mucho esa afirmación con "votando a políticos que quieren acabar con esas coberturas, con esos derechos y con un contrato social en que todo el mundo se garantizaba unos mínimos".
Los blanqueadores de ano y los defensores de la libertad sexual de las gallinas, a mi parecer, también están en polos opuestos.
#2 De eso iba, del salto: porque hay panzistas en muchas corrientes y muchos partidos, a veces opuestos. Los une una cosa: el deseo de centrar el debate en torno a lo que solemos llamar "problemas del primer mundo", dejando a un lado , por mil razones, la verdadera raíz de esos problemas.
Es el movimiento revolucionario acomodaticio, si me permites la expresión.
#3 Así se entiende mejor, aunque yo los llamaría "gente con el sentido crítico castrado".
No te falta razón, pero tampoco te sobra. Está claro que ahora hay muchas cosas mal, pero no como solucionarlas. Por ejemplo, el barrio en el que crecí se está convirtiendo en un sitio inseguro; La policía no tiene turno de noche y le guardia civil evita pasarse a pesar de tener una comandancia allí al lado.
¿Qué culpa tenemos lo que no aceptamos la reducción de la tasa de reposición de las FFCCSE?
#7 Invertir en seguridad se considera fascismo militarista por parte de algunos partidos guays, ¿no?
Y el problema nunca es de falta de policía, sino de que los jueces los sueltan.
Pues eso también cuenta.
#9 Cuando dices de los jueces creo que quieres decir de las leyes. Sobre la falta de policía, créeme, este jueves había dos policías para 17.000 habitantes.
Y esta película cuando se estrena?
Sublime, como dice #15 merece que se lleve al cine. Conozco a gente que lo podría producir.
Como siempre, haciendo gala de tu incapacidad para afrontar los argumentos de los demás, te ves obligado a soltar generalidades burdas, mezclarlo todo y disparar una y otra vez simplezas sin más soporte que tu visión ajada fruto de tus propias fobias.