#13 Lleva en juicios toda su vida adulta, que no es corta. Hasta ahora acumula más de 3500 pleitos, prácticamente todos ellos en la jurisdicción civil por impagos y responsabilidades civiles de sus mil y una mohatras.
Por supuesto, en la jurisdicción civil las cosas son bastante más fáciles que en la penal, especialmente cuando son procesos entre partes y no está implicada la fiscalía. Sirva de ejemplo el embuste aquel de Trump University, que resolvió aflojando 50 millones de dólares a repartir entre los afectados por aquel camelo.
El impeachment, por cierto, no es realmente un juicio. Es un procedimiento político mediante el cual se puede destituir a un cargo federal a través de la acusación y condena de delitos o faltas graves (requiere de mayoría simple en la Cámara de Representantes, que ejerce de Gran Jurado, y mayoría cualificada de 2/3 en el Senado, que ejerce de Jurado). El impeachment está pensado como mecanismo destitutivo, de tal manera que el cargo federal pueda ser puesto de manera inmediata a disposición de la jurisdicción penal. Esto último es la razón que alegó Mitch McConnell para no votar a favor del segundo impeachment contra Trump a pesar de haber calificado el asalto al Capitolio de insurrección violenta instigada por Trump, pues entendía que el asunto correspondía a la jurisdicción penal una vez que concluyese el mandato de Trump, al que le faltaban meros días para acabar.
La investigación por la colusión con Rusia se saldó con un buen puñado de gente de la campaña de Trump aceptando condenas de conformidad por delitos de perjurio al haber levantado falso testimonio ante el Congreso y el FBI sobre la cooperación con activos rusos durante la campaña de 2016. Entre quienes colaboraron activamente con Rusia para intentar obtener ventajas electorales estuvieron George Papadopoulos, Paul Manafort, Michael Flynn, y Jeff Sessions.
El asunto de los documentos de Mar-a-Lago lo podía haber resuelto Trump sin ninguna clase de problema ni escándalo, pero prefirió obstruir a la justicia y agencias federales. Era tan sencillo como admitir que tenía los documentos, acordar un procedimiento de devolución con la Administración Nacional de Archivos y Registros, y devolverlos, como hizo por ejemplo Mike Pence o Joe Biden.
El proceso por difamación con E. Jean Carroll es completamente reciente. La señora Carroll demandó a Trump por la responsabilidad civil derivada de unos abusos sexuales que habría sufrido dos décadas atrás. El jurado determinó que era más probable que esos abusos se hubieran producido frente a que no se hubieran producido (el estándar en lo civil no es "más allá de la duda razonable" sino "la preponderancia de la evidencia"), por lo que el jurado fijó una indemnización de 5 millones de dólares. Como después de este veredicto Donald Trump se dedicó a calificar a Carroll de estafadora, Carroll le demandó por difamación, y ganó. Trump decidió seguir en sus trece con sus infundios, Carroll volvió a demandar, y Trump perdió otra vez, pero esta vez el jurado impuso una "indemnización punitiva" con el fin de que cejase en su actitud.
El proceso por el intento de coacción a Brad Raffenspeger y de subversión se electoral empezó de manera rapidísima, pero se ha venido dilatando por las mil y una maniobras de retraso de los abogados de Trump, además de por la complejidad del caso (hay otros 18 procesados). Recordemos que Fani Willis abrió diligencias el 10 de febrero de 2021.
#11 #10 Los casos vienen desde que él fue electo presidente: empezaron con la investigación sobre la colusión rusa, luego con los dos impeachments, el intento de insurrección del asalto al Capitolio, los documentos clasificados en Mar-a-Lago, el intento de manipular las elecciones en Georgia, los pagos a Stormy Daniels, el caso de difamación contra E. Jean Carroll y el fraude en el valor de propiedades. No sé si me dejo alguno, pero como estoy hablando con gente experta en política estadounidense, seguro que me corregirán. Desde 2016, han estado con estos juicios y, siempre que él gana, de repente surge uno nuevo. Es obvio que están politizando la justicia para perseguir y debilitar a un oponente político. Ahora, que vosotros no lo queráis ver porque odiáis a Trump es un problema vuestro, pero que vuestro odio hacia esta persona sea tan grande que justifiquéis este tipo de actuaciones antidemocráticas por parte de los demócratas demuestra que no sois nada democráticos.